Regalos inigualables de la vida
El regalo que me brindó Dios no se asemeja a nada, mi hijo se convirtió en un ser tan especial en mi vida y en la de toda la gente linda que me rodea: mi familia.
Recuerdo que 10 días antes de nacer, se apago una vida super importante para nosotros y ella solía decir "una vida se va y otra llega", sin saber aún que no estaría terrenalmente para conocerlo. El golpe fue super duro, tres semanas y sus células se marchitaron, la noticia y el aceptarlo no fue nada fácil, caí en la cama con amenaza de dar a luz antes de lo previsto, recostada sobre una cama, inmovilizada, ella me acompañaba, se acostaba a mi lado y pensaba que yo estaba así porque tenía problemas en mi matrimonio, pero estaba lejos de conocer la verdad y en realidad nunca le dijimos que tenía.
Llegó el día, un primero de abril a las dos de la mañana se apagó su vida, asistí por momentos a su velorio, fue tan doloroso en el cementerio despedirnos de lo que quedaba de ella.
Pero el 11 de abril una luz ilumino nuestras vidas y fue la llegada de Nicolás. Por esta razón quiero en esta página compartir con ustedes una canción de Jean Manuel Serrat, que la escuché hace 4 años en Cuenca, cuando mi hijo tenía un año y tuve la suerte de que Angela, una amiga colombiana me haga escuchar esta melodía.
Escúchenla si tienen la suerte de conseguirla, es tan tierna y dice tantas verdades, con todo, ahí les escribo la letra:
Esos locos bajitos
Joan Manuel serrat
A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
esos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.
Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.
Niño,
deja ya de joder con la pelota.
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.
Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.
Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.
Niño,
deja ya de joder con la pelota.
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.
Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós.
Recuerdo que 10 días antes de nacer, se apago una vida super importante para nosotros y ella solía decir "una vida se va y otra llega", sin saber aún que no estaría terrenalmente para conocerlo. El golpe fue super duro, tres semanas y sus células se marchitaron, la noticia y el aceptarlo no fue nada fácil, caí en la cama con amenaza de dar a luz antes de lo previsto, recostada sobre una cama, inmovilizada, ella me acompañaba, se acostaba a mi lado y pensaba que yo estaba así porque tenía problemas en mi matrimonio, pero estaba lejos de conocer la verdad y en realidad nunca le dijimos que tenía.
Llegó el día, un primero de abril a las dos de la mañana se apagó su vida, asistí por momentos a su velorio, fue tan doloroso en el cementerio despedirnos de lo que quedaba de ella.
Pero el 11 de abril una luz ilumino nuestras vidas y fue la llegada de Nicolás. Por esta razón quiero en esta página compartir con ustedes una canción de Jean Manuel Serrat, que la escuché hace 4 años en Cuenca, cuando mi hijo tenía un año y tuve la suerte de que Angela, una amiga colombiana me haga escuchar esta melodía.
Escúchenla si tienen la suerte de conseguirla, es tan tierna y dice tantas verdades, con todo, ahí les escribo la letra:
Esos locos bajitos
Joan Manuel serrat
A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
esos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.
Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.
Niño,
deja ya de joder con la pelota.
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.
Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.
Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.
Niño,
deja ya de joder con la pelota.
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.
Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós.
2 Comments:
ese pequeño demonio.......una joya que tienes a bien pulir en el camino, hasta que él se sienta listo para volar.......
y qué bien se siente eso de ser amiga de una "mamá de verdad"!!!!!!!!!!!
porque aunque todas las madres se llevan mi admiración por "default", algunas sinceramente no valoran esos regalos con nombre que Dios les dió.
regalos que gritan, chillan, patalean, ríen, juegan, duermen (y parecen santos), se creen spiderman, o superman, o wonder woman, comen lo indispensable, te dicen: "te quiero" (a veces con negras intenciones).......y etcéteras de etcéteras..... cucos adorados......
ésto, cada quien a su manera....lo que los hace irremplazables y queridos como pocas cosas en este mundo.
sólo quiero decirte que debes sentirte orgullosa de ser la mamá que eres!!!!!
y te diera una medalla, pero sería tan grande que te serviría de nave espacial jajajajajajaj
besos y abrazos
Mira la verdad es que yo no he tenido la bendición de tener un hijo, en realidad lo más cercano es mi sobrino, al cual lo adoro con toda mi alma, los niños son una cosa maravillosa inigualable, una fuente inagotable de amor, te felicito mucho, con mucho cariño de un amigo desde Santiago de Chile.
Publicar un comentario
<< Home